Ni poética ni literaria




Que me disculpen los que vengan buscando entradas más o menos literarias en este blog: hoy no toca.

Y me niego, rotundamente, a crear otra bitácora sólo para momentos como éste, en los que me apetece simplemente colgar unas pocas impresiones personales. Demasiadas páginas tengo ya abiertas...

Hoy debo de estar sensible: todo me parece bonito. No, eso no es cierto. Sólo es que creo que me he negado a ver o retener lo feo, lo desagradable, lo triste. Hoy sólo me estoy dejando tocar por cosas que me parecen bellas, estimulantes. Un acto de defensa propia ante las paredes grises que amenazan con devorarme viva,cada día, en la oficina.

Hoy voy a ser literal, no literaria. A pesar de que el cielo esté nublado, tan gris como las paredes. Prefiero verlo sólo a medias.









He sonreído al ver tres gorrioncillos descarados, dándose un baño alegremente en un pequeño oasis de arena seca, como si fuera una laguna de aguas doradas, jugando con los picos, aleteando y salpicándose unos a otros. Me ha alegrado que pudieran aprovechar ese descuido que un camión de obras dejó en medio de la calle.

Me ha tocado la fibra un gatito diminuto, flacucho y gris, que andaba junto a los cubos de basura de un restaurante, jugando con un trocito de plástico, ensimismado en la persecución como si se tratara de una cacería en toda regla.

Los álamos de hoja plateada acariciaban suavemente a unos rígidos cipreses, junto al cementerio. Me he reído, pensando en otra cosa. Ya sabéis.

Una amapola solitaria se erguía con toda su dignidad y su rojo fuego en el centro de un cuadrado irregular de hierba verde...¡tan verde!. El rojo sobre el verde siempre me produce un aleteo en el espíritu que no puedo controlar, pero es una sensación demasiado agradable para rechazarla o combatirla. La he disfrutado, una vez más.

Me ha llegado el aviso de entrega de un muy esperado paquete. Mañana puede estar en mis manos. ¡Qué alegría!

La nevera, que ayer renqueaba, sigue funcionando aún a mi regreso, como una campeona. Así que he podido disfrutar de un buen trago de agua fría y sin sabor a grifo...sí, hay algún que otro placer mayor que ese, pero no tantos, no tantos...

He vuelto a un lugar a donde no iba hacía meses, y me han recibido con un saludo y una calurosa sonrisa. Ni siquiera creía que me recordaran, ya véis.

L y yo nos hemos descalzado en pleno pasillo para comparar nuestros pies. Sus uñas son más bonitas, pero mis pies son más finos. Ha sido divertido, sacar los dedos al aire y utilizar unos cuantos minutos para discutir algo tan poco fundamental...un gusto.

Me han lanzado un par de flores-palabras informáticas. Nada baboso, no me gusta lo baboso. Justo lo que necesitaba oír, justo a tiempo.

Me he encontrado con otra de esas coincidencias de pensamiento-realidad que de tanto en tanto me sacuden. Otra sonrisa inesperada. Casi me parecía ilegal, estar sonriendo tanto.

En definitiva, creo que las paredes grises hoy no han podido conmigo. Y en cuanto salga de la ducha, en un ratito, no quedará nada sobre mi piel del efecto nocivo de su presencia a mi alrededor.

Hoy ha sido un día repleto de hechos simples, y como en muchos de los días en los que puedo elegir agarrarme a lo simple, sin duda: he ganado yo. Sé que no puede durar, pero mi elección es que tampoco voy a pensar en eso. No ahora.

Y esto es lo que quería colgar en el blog esta tarde. Me he quitado los zapatos en mi propia casa y me he puesto cómoda un ratito a vuestra costa. Aunque no sea nada literario. Un día es un día.


No llevaba la cámara. Igualmente, soy horrible con ella, pero os dejo unas imágenes de otros días, de otros momentos igual de simples, igual de intensos para mí. Espero que alguna os guste.











7 comentarios:

Isa Pe dijo...

Tal vez sí haya hecho algo ilegal, el cielo se está rompiendo ruidosamente, y hoy se acabó el internet para mí, que mi pobre PC es muy sensible.

Nutopia dijo...

Me ha encantado leerte. Una entrada genial! Y a mí también me pasan esas coincidencias pensamiento-realidad!! Me flipan. Me alegra haberme dado este paseito por aquí y haberte leído. Un gustazo que compartas días así :) Un besazo!

Anónimo dijo...

Estaba yo..así distraidillo de aqui para allá..ya sabes; y de pronto me he acordado de ti. Mi bitacora decia que habia sido 12 minutos antes.
Puede ser que vaya con retraso, no es el big-ben..ni mucho menos.
Asi que me encendido un pitillo y me puesto a leerte. Me supo a poco el parrafo antes de la foto..y despues disfruté de veras.
Yo quiero más de esto.

Divagando dijo...

Hoy has formado parte de la historia del día. Porque la vida, es eso, el cúmulo de pequeñas cosas dónde te descubres sonriendo por un hecho en principio sin importancia, pero formando parte de un TODO más grande. El darnos cuenta de esos detalles es lo que realmente nos hace sentir, nos hace descubrir cada instante a nosotros mismos. Ojalá mañana, cuando despiertes, sea con otra sonrisa por esa telaraña de la esquina, que solo cumple su función (eso lo decía una canción), o simplemente ese aviso, se convierta en entrega, y salga todo perfecto. O que la leche fresquita de tu nevera (que seguirá funcionando), te reanime para empezar el día mejor. Y si no es leche, pues el café... jajjaa. Te lo mereces. Un besazo.

Soy ficción dijo...

Para no ser una entrada literaria me ha enganchado desde la primera frase, y es que esa pequeña felicidad cotidiana se cuela de una forma muy eficaz. Haz que dure, y cuentálo, así lo compartes y me llevo un poco de esas sonrisas para luchar contra mis paredes grises.

Cesca dijo...

De tanto en tanto, tenemos la suerte de vivir días como el que nos muestras. Dan muchas pilas!
Felicidades por el tuyo y gracias por compartirlo!
Espero que el paquete sea lo que esperabas...
Un besote!!!

Isa Pe dijo...

Nut: me alegro de verte contenta, es genial. Un besazo.

Charlie: y ¿qué son 12 minutos? Nada, lo damos por bueno, al menos yo.
No sé si habrá más como esto. Nunca lo sé. Depende de como discurran los días.

Diva: café, mejor café ;) Pues la sonrisa me la ha dado tu comentario y cierto cuento que acabé esta tarde. Espero sea contagioso.

Nausicaa: ¡Ánimo! Las paredes esas grises, es que son muy puñeteras. Ármate hasta las orejas, y si algo de este texto te sirve, límalo hasta que tenga punta y las puedas amenazar y asustarlas.

Cesca: lo era, lo era (!!!) Un besote para tí.