Pensando despierta

En tus párpados, posadas,
descansan sin nubes
mis huellas.

Dejaré que ,en adelante,
todas las cuerdas sonrían,
temblorosas.

No ata el amor, ni domina,
ni muestra los dientes, mellados,
al mundo.

No permitamos pasar
ni un solo átomo de segundo
inadvertido.

cualquiera puede

Volvemos a la carga. A la espera de mejorar la conexión internáutica y habiendo rezado a todos los dioses de las dimensiones punto com para que no me falle la cosa en la mitad, voy a re-colgar un poema algo antiguo, pero no por ello desdentado, sino con pinchos. Resulta que mi fan number one no lo había leído, y seguro que para más gente también es nuevo. Por cierto, que si no tenéis sentido de la ironía o lo tenéis adormilado por la nieve...iros a comprar un poquito a las rebajas, porque igual os hace falta para leer esto.


Cualquiera puede escribir un libro.

-Mira, he escrito un libro,

-Vale. Bien. Enhorabuena,
yo escribí siete. ¿no es fascinante
lo literarios que somos todos ahora?
Vamos, montemos un taller, una tertulia,
una batalla
con las libretas.

Cualquiera puede ser escritor, estos días,cualquiera.

Publicar, autopublicarse, 50-100 ejemplares, darse aires de literato
henchido de tormentas filosóficas, vender
dedicatorias a los amigos por un plato de sopa caliente,
apalear con la lengua
a los filisteos que no lo comprenden.

Morirse de hambre.

Sí, cualquiera se llama escritor, hoy en día.

Y los dientes hay que pasarlos por el yugo
de la ortodoncia, para que se sirvan
sonreír con orgullo
ante los logros
literarios
de cada uno.
Rectos, blancos
sin una mácula, sin grietas...

Cualquiera puede viajar
al otro lado del mundo, ver amanecer
en Hawai, presumir de haber pisado una manta
venenosa y haberlo contado, escupir
remiendos de matrimonios
que se rompieron
por falta de uso.

Si, cualquiera, hoy, puede decir que ya ha vivido
mucho, nunca demasiado, lo suficiente para opinar
sobre la caída del Ibex 35
con propiedad
con cara de saber lo que dice
de no ser un cualquiera....

Y cualquiera puede osar,
atreverse,
a interpretar
con letras su mundo interior,
su vida incompleta.
su vacío vital
su negrura, su dicha,
el estallido
ronco y turbio
de sus carencias.

Cualquiera puede ser, hoy, un poeta
de versos urbanos
de aceras rotas y flores carnívoras,
arrastrar algunos locos
fascinados
que lo acaricien con lenguas gomosas
cuando lo lean.

A él o a ella,
sin distinguirlo
apreciativos o mordaces,
curioseando
lanzándole miles de letras
que lo salpiquen
que lo devoren,
que lo fabriquen
que lo desmonten,
que lo definan
que lo reduzcan
a casi nada...

Como a cualquiera.


Y dos vídeos: uno para los pesimistas y realistas:




Y otro para los optimistas