clocks






Ni siquiera al tiempo goteante
que se derrama en tu frente dejar tranquilo puedo:
celosa de los minutos que te acarician
arranco
a lengüetazos
las manecillas de esos relojes
que se deslizan, lacios,
sobre tu pelo.



El auténtico premio es poder compartir tanta buena letra junta.

Es así. En las últimas semanas me ha tocado:




Este me lo dio Hugo

Todo un honor.




Luego vino:




De la mano de Alicia

Todo un placer.


Y también, el último pero no por ello menos importante:




Que me acaba de dar David

Toda una alegría.



Según las normas de estos premios, ahora debería nombrar 5+5+15 blogs de entre mis favoritos para que reciban a su vez uno de estos premios. Y me había propuesto aprovechar la ocasión para felicitar así el día del libro.

Intentándolo he descubierto algo horrible: lo siento, pero no puedo hacerlo. Resulta que me gustan todos los que leo. Para eso los tengo en esta página, "linkados": para poder acceder a ellos con más facilidad. Es mi índice de lecturas habituales. De hecho, creo que al menos la mitad de las visitas del contador que marca esta página son mías, pasando por ésta, mi base, infinitas veces cada día en mis vagabundeos saltarines de página en página.

He creído entender que el objetivo real de estos premios es extender y dar a conocer los blogs que más nos gustan, para que nuestros amigos, amigas, visitantes y lectores/as, puedan conocerlos también y a su vez, leerlos y disfrutarlos. Y no me siento capaz de seleccionar 25 de entre los treintaimuchos o cuarentaialgo que tengo en la lista...es imposible, imposible...

Así que os propongo lo siguiente para poder dar continuidad al espíritu de los galardones: que cada persona que pase por aquí y lea esto elija al menos uno de los blogs de entre mis favoritos que no haya leído antes, o que conozca poco, y le eche un vistazo. Si queréis podéis decir cual, o no, en un comentario. Pero al menos, leedlos, explorad. Si alguno os entusiasma, decidlo. Y ese blog, ya tendrá premio: haberos ganado como lector o lectora.

Y como segunda parte, os propongo que me recomendéis otro blog que no aparezca en la lista. Así también ayudaréis a divulgar vuestros favoritos. Y a complicarme un poco más la vida, con más cosas interesantes que leer, claro ; ) Pero ese es un mal menor.

Tal vez consiga un día de estos seleccionar 25 y cumplir con las normas. Pero de momento...espero que esto os sirva a todos mis blogs favoritos como sucedáneo temporal, y a quienes los leáis, para obtener el mejor premio de todos, el que yo ya tengo: compartir tanta buena letra cada día. Algo impagable.

Y como se me ha chafado el plan maquiavélico que tenía hoy, tomo la directa en esto:

¡Feliz Día del Libro!

Puertas

Círculo concéntrico nº 1.

La puerta está ahí, en medio de la nada. Como siempre ha estado. El peso de millones de años se acumula en sus goznes oxidados, las bisagras ya han olvidado lo que se siente al participar en la magia del giro, del movimiento. Madera espesa, opaca, gris, envejecida por la lluvia salada y dulce, por las inundaciones y las mareas. Resecada por uno y mil vientos. Horadada por legiones de efímeros insectos.

Una puerta cerrada, tan cerrada que ya no recuerda ni como abrirse.

En el hueco donde tal vez en otro tiempo se podría haber insertado una llave, vive ahora una familia de alacranes venenosos.



Círculo concéntrico nº 2.


No encuentro las palabras. He olvidado como se hace para abrir las puertas de la imaginación. Hace ya demasiados años que se cerraron para mí. El papel me mira acusador, en blanco. Mis lectores me reclaman mi sangre negra pero yo ya no recuerdo como abrir las esclusas, he perdido la llave del portal, que ya no es dorado, sino gris. Tal vez lo que pasa es que ya no quedan historias.


Círculo concéntrico nº 3.

La puerta del despacho está cerrada. Últimamente, casi siempre es así. Acaricio la madera cálida y la cerradura me responde con una invitación a besar su oscuridad con mis ojos. Pero no cederé a la tentación de arrodillarme ante esa puerta gris para saber lo que no me está permitido. Espero que esta vez sí le venga la inspiración, me preocupa. Desde que las palabras dejaron de fluír, ya no me toca, casi ni me habla. Vive siempre, no sólo ahora mismo, tras una puerta cerrada. Me siento tan sola...

Zona 0.

El día en que las puertas de la creación se abrieron, todas las cosas fueron nombradas, incluso algunas que todavía no exisitían. Todas las historias salieron por ellas, para poder ser contadas. Luego, la puertas se cerraron. Nadie sabe si quedó algo al otro lado. Nadie sabe a qué lado quedamos nosotros, si del real, o del imaginario.



Alergia






¿Toses, amor?
Alergia al polvo
existencial
que se levantó al chocar
nuestros dos continentes.

Al polvo existencial,
que levantó mi cuerpo
al caer de rodillas en el amor.

Al polvo existencial
que levantó tu cuerpo,
al caer de rodillas frente a mí.

No puedo respirar.
No puedo respirar,
me ahogo en polvo de luz,
polvo de estrellas,
polvo vital...
pesadilla alérgica,
asma existencial
por nuestro choque.

Alergia al beso,
mis ojos rojos
por el roce de tus pestañas
lloran, irritados
por todo ese polvo de amor que tu me lanzas

Shock anafiláctico
(no es un orgasmo)
Y me temo lo peor:
voy a caer,
asfixiada del destino,
que evoluciona en capas espesas,
en nubes opacas,
obturando irremediablemente mis pulmones.


Llegó la primavera, florecen los pañuelos blancos...

En la noche

En la noche, por la noche,
cuando nos llegue la noche.
En el momento más oscuro y silencioso,
me colgaré de la aldaba de tu portal de luz.

Estar entre tus dorados rayos
en medio de tanta oscuridad
me intoxica de gozo y de temor.

Y cubro mi cuerpo contigo,
mis manos con tus labios,
mis labios con tus cabellos
mi cabeza con tus piernas,
mis ojos con tus manos.
Para no sentir, para no escuchar,
para no gritar de ver lo que nos aguarda:
la noche, fuera, llena de tormentas.
De resplandores, de infiernos.
De decepciones.

En la noche, por la noche.
Cuando nos llegue la noche,
me cubriré de ti,
para ocultarme del mundo,
para vaciarme de mí
para conseguir ser yo.
Para ser yo más noche que la noche misma,
la oscuridad que te rodee.

Una oscuridad sin luna,
una compañía sin alma,
una puerta sin aldaba.



Acantilado

Mi anónima compañera me está reclamando una entrada "horizontal" hace ya un tiempo. Estoy de un humor más bien vertical, pero por ser fin de semana, he pensado darle el gusto y rescatar este pequeño fragmento-chiste, que hice un día sin más intención que arrancar alguna sonrisita.











-Mieerda.

-Fallaste.

-¿Quién acertó el último?

-Yo, yo le dí al japonés. En toda la cámara

-Si,ese era punto doble.

-¿Qué te parece la parejita esa?

-Espera, que voy a ver si hago otro doble...¡miradme, miradme!

-Jo tío, eso sí que es un morreo interruptus.

-Ja,ja,ja,ja. -Tiene puntería, el mamón este...

-¡Qué, tíos! ¿lo habéis visto?

-Sí, sí, que eres muy bueno...pero estaban demasiado despistados con lo suyo, era muy fácil. Que no se te suba a la cabeza,

-Precisamente en la cabeza, en toda la cabeza...ahí les has dao...

-Entonces, ¿quién ha ganado el cacho de bocata?

- Eso,eso,¿quién es el jefe? Venga, admitidlo.. ¿quién es el jefee...?

-Tú, tú...vale.

-Espera, espera, que viene otro autobús...


Aquí pueden apreciar el maravilloso espectáculo de los Cliffs de Moher en todo su esplendor. Uno de los paisajes más espectaculares de Irlanda. 203 metros en su punto más alto, la vista desde este majestuoso acantilado es impresionante.... Pararemos 15 minutos. Por favor, respeten las señales de peligro. Y les recomendamos que no alimenten a los pájaros.


-Vaya, nos han jodío, ya salió el aguafiestas. Pues vamos bien...

-Sí, esto de aguantar a los turistas sólo es soportable si hay papeo.

-¿Vamos todos a por el guía?

-Si, vamos. Hoy creo que tengo algo de diarrea...eso es guapo, cuando quedan requetesalpicados.

-No deberías picotear en la papelera, sabes que te sienta mal. Aunque sí que es guapo cuando les chorreas, sí.

-Es que tengo mala puntería ultimamente y sólo me quedan las sobras.

-¡Qué sólo tenemos 15 minutos, espabilad!

-¡Venga, venga, que se nos escapa el guíaaa...!


Y los cuatro aves marinas, o pajarracos del acantilado, se lanzaron a por sus nuevas e incautas presas

Huérfano de abrazos

Más allá del refugio protector de esos brazos,
las sorpresas se descomponían
en bailes de cintas, enroscadas
en decepciones.

Encontró al mundo, que lo saludó con la mano
con un gesto que era un “hola”
a la vez que era un “adiós”
y una disculpa

No se topó con la vida, fue atrapado por ella
con otros brazos más fuertes aún
que lo vestían
de incertidumbres.

Creció con la promesa de más gestos ambiguos
largas batallas inverosímiles
demonios obscenos
parcas venenosas.

Continuó caminando, huérfano de abrazos y sonrisas
sin obstinarse en la tentación
de emborracharse
con optimismo.


Milagro

Hay días en los que te asomas a lo que ya está escrito y te asqueas,
no comprendes como es posible
que te hubieras atrevido
a sacarlo nunca a la luz, es malo con ganas, no hay dos palabras juntas
que signifiquen nada, que evoquen algo, que tengan sentido para ti.
Es todo una mierda
digna sólo de desintegrarse en el fondo de cualquier papelera hambrienta
-esos bichos comen de todo, ya se sabe.
Deberías hacer una hoguera de letras defectuosas
-¿Fumata blanca, gris, azul o negra?-
¡Joder!, si con la Iglesia no habíamos topado
todavía, habrá que fastidiarse....

Y agarras la libreta de la semana, el portátil de los anticuados
como tú, devota del bic azul sin capucha
-sí, ese que hace que tus bolsillos tengan de vez en cuando el periodo
de las mujeres del planeta Urano-
y no sabes qué diablos tenías en la cabeza cuando decidiste
desperdiciar tinta y papel de esa manera, no entiendes nada,
ni siquiera tu letra es legible, pero transcribes,
esperando un milagro: que en la pantalla
las letras desorientadas alcancen por sí mismas
la estación final del sentido.

Lamentablemente, la Renfe continúa en obras, las máquinas expendedoras
de billetes están de baja por indigestión de versos revenidos,
Y no, no entiendes nada de lo que dices, ni tú, mucho menos lo entendería
cualquiera de esas personas de buena voluntad
que se empeñan en leerte por si acaso algún día les dices algo
que les toca la fibra –a veces pasa, por accidente, nunca se sabe,
la María también parió virgen, cuentan, la vida es rara;
más que rara, piensas en Schwarzenegger
y lo borras de inmediato de la mente, no lo vayan a elegir también
gobernador de tu cerebro inconsciente, por error
y tengas otra vez pesadillas esta noche.

Y en esos días de pensamiento gris y difuso
es, precisamente,
cuando, tras medio paquete de Fortuna duro,
y un gran hartón de chupadas a tu mechón de pelo rebelde,
un comentario de pronto te sacude la campanilla:
“Me encanta leer lo que escribes” “Has dicho lo que yo pensaba”
“Ojalá lo hubiera hecho yo antes” “Te doy un premio porque me gustan tus letras”
“Seguro que tienes un buen polvo”.
y encima, te llaman “poeta”, “escritora” u otras cosas
de valor, y que no sabes
donde guardar, el joyero lo tienes casi estallando
por los resguardos del cajero
y las pilas botón gastadas que coleccionas por si acaso.

No das crédito a tus ojos,
¿sabrá leer esa gente? ¿hablarán de otra cosa? La informática es así, a veces
te traiciona, a lo mejor ese comentario tenía otro destino previsto
y se ha extraviado también por las obras de los trenes. No sé.
Lo miras, lo remiras. ¿Qué le contesto? Otro “gracias” o un “te has perdido, eso
iba en otra parte,seguro”
algo sale, una cosa u otra. Has de contestar, no hay otro remedio.


Pues ya no escribes más. Decidido.

Detén esta tortura, sólo tú puedes hacerlo.

Se acabó el masoquismo en tu vida. “Free the words”.

Tómate un descanso, ya, o déjalo en seco.


Pero, al final, siempre suspiras.
Agarras el bic, te vas a la cama con tu libretita
a esperar el siguiente ataque "poético"
y preparas la siguiente entrada.
(sólo por si acaso)
porque lo de la gilipollez pasa, hasta en las mejores familias,
por que tal vez los milagros SI que existan.

Desdén






La aguja marcadora
de mis destinos
se volvió loca, me echó de su lado
con desdén provocador,
como un látigo en celo, invisible
y encubierta.

Parlotean los secuaces
de su temperada fuga
en mis oídos zumbantes
de larva sumisa.

34.

Dijo: “No”

Pero la verdad era un rotundo “Sí”

Y sus ojos no mentían, aunque su lengua sí lo hiciera, escandalosamente.

-¿Y ahora?
-Ahora sí, mejor.

Pero eso era también mentira, nada era mejor.