Rodajas de tarde.




Es extraño descubrir
que las palabras que te sirven de puente
colgante, entre nuestros mundos,
no necesitan ser retocadas,
te son útiles en su simpleza.

Meriendo rodajas de tarde
como de sandía madura, roja y fresca.
Miro a los perros que copulan.
Me siento desprotegida.

Ante el peso del tiempo y las pálidas dudas
tengo que confiar
que tu palabra resistirá la tormenta,
que el puente colgante de versos
aún te
conducirá
sobre el desfiladero , a salvo de las rocas,
hasta mi guarida.

He de confiar en que la lluvia
no disolverá el atardecer
ni el azúcar glas bajo tu lengua;
que seguirás queriendo encontrarme
aún, con ojos encendidos.

Poco garantiza el todo.
Nada, es lo que quedaría
de arder la cuerda colgante entre las montañas

Me quedaría sólo yo, merendando
las rodajas de sandía de la tarde fresca,
envenenándome
con el sabor excesivo de la sangre afrutada,
con su indiferencia.

6 comentarios:

Soy ficción dijo...

Aunque sea dificil confia... Cosas más dificiles se han conseguido.

Carmen dijo...

Me ha parecido recio, jugoso y refrescante. El peso del tiempo, la confianza en que la lluvia
no disuelva la tarde... Todo muy melódico.

Anónimo dijo...

Hola gatita, es suave como una sonata al piano. Estás muy inspirada, te sigo de cerca así que pórtate mal.

Anónimo dijo...

He llegado a tu blog desde Mil Literaturas. El poema muy bello y muy desde las entrañas.

Volveré por estos lares. Un saludo.

David

Isa Pe dijo...

Nausicaa: es lo que nos sostiene a veces, la confianza...

Carmen: gracias. No fui capaz de encontrar una canción que me cuadrara con él. Tengo que pensarlo un poco más.

Charlie: no sé portarme bien, ya lo sabes.

David: encantada de verte por aquí.Pásate cuando quieras.

Divagando dijo...

Nada garantiza todo. Tiene buena pinta esa sandia, esperemos que no envenene y refresque esas tardes cálidas que a veces tenemos.