Güiski, mujeres y balas

Sentado, junto a una montaña de balas, en un punto que roza el desierto de Arizona, hay un hombre. Lo llamaremos John Smith. Por una parte, por mantener el anonimato. Por otra, porque su nombre es aún más insulso que “John Smith”, y en este punto inicial del relato las expectativas del lector son demasiado importantes como para ofrecerle poco que esperar de un inicio insulso, y que deje de leer inmediatamente.

Pues bien, un hombre, al que llamaremos John Smith, se halla sentado en un punto lindante con el desierto de Arizona, a la sombra de una montaña de balas de heno.
( Esto tampoco lo habíamos dicho antes, esperamos que con ello no se pierdan definitivamente las ganas de seguir leyendo) John Smith contempla el horizonte, amarillo y pelado como una inmensa piel de pechuga de pollo casi sin plumas . Está chupando una brizna de paja, el consuelo del adicto a chupar sin cantina a la vista.

El polvo se levanta del suelo en nubarrones ocres, ensuciando con una fina capa los resecos matorrales. Un arbusto volador pasa contoneándose y girando ante sus ojos, cruzando el desértico camino como una moza cimbreante y sensual. John Smith, con los ojos entornados y chupando su pajita, piensa en curvas, en medio de ese horizonte asexual, plano e insulso. Hay que ser un hombre de Verdad, con V, para seguir imaginando mujeres incluso en el territorio más yermo, liso y desprovisto de hembras, como ese en el que ahora está. Pues bien, John Smith es un hombre de Verdad (nótese el uso correcto de la V mayúscula en su caso)

De pronto, un ruido aleteante le distrae de sus pensamientos, alterando con líneas discontinuas transversales su curvilíneo y monotemático discurrir. John Smith es hombre de pocas palabras, y de aún menos pensamientos. Más bien actúa. Así que sin pensar, se gira para ver un retazo de papel amarillo atrapado entre el suelo y la pila de balas. Todavía sin nada en la mente, alarga una mano y coge el papel., tan solo un fragmento rasgado arrancado por el viento de quien sabe Dios donde...Lee (Sí, aunque no muy bien, sabe leer, porque si no esta historia no tendría sentido) Lee, despacio, moviendo los labios a la vez que procesa las letras:

Güiski K... (y esa esquina esta rota)
Para el hombre de V...
¡Bébelo!
Las mujeres acudirán a ..
Como si f....

Esto es lo que lee John, por el capricho de las palabras incompletas que quedan en ese fragmento.

John Smith piensa... se exprime las neuronas adormecidas…¿hombre de V? Ni el mensaje, ni al parecer el güiski son para él, el es del pueblo de Yellowdust. Malas suerte, le gusta el güiski. O, ¿hay que beberse al hombre de V..para que las mujeres acudan a...? ¿Dónde? ¿Cómo si F..? Cuando las mujeres están como si F no hay quien las aguante, es mejor cuando estan F...¿no?

No, John Smith no sabe lo que es un hombre de V, ni un anuncio. Lástima no poder ayudarle...dan ganas de que esto sea un guiñol y no un relato ¿no es cierto? Pero acabemos la historia.

Al final John decide que no vale la pena pensar más. Tal vez el mensaje sea importante para ese hombre de V, o para alguien más. Pero conteniendo cosas como hombres, mujeres, güiski y lo que le parece que puede ser la palabra que empieza con “f”, sólo puede traer problemas. Así que suelta el papel, deja que el viento se lo lleve a donde le parezca menester, y vuelve a recostarse contra las balas, chupando su pajita y con el sombrero calado hasta los ojos, dejando que el sol vuelva a sumergirle suavemente en su mundo de escaso esfuerzo de pensamiento.

Si ese hombre de V acertaba a pasar por allí –piensa antes de quedarse dormido- intentaría darle el mensaje sobre el güiski (tal vez compartiría), y preguntarle dónde acudirían esas mujeres con ganas de f....



5 comentarios:

el_iluso_careta dijo...

MARAVILLOSO...NENA MARAVILLOSO!!!!

Anónimo dijo...

En algún lugar, tal vez en ese mismo desierto, tal vez en una pequeña ciudad, qué más da, está el reverso de John Smith, con un cigarro negro entre los labios, como sucedaneo hipócrita de la pajita, leyendo el fragmento que falta de ese papel, y sintiendo, aunque ni siquiera lo sospeche, mucha nostalgia por John Smith.

Soy ficción dijo...

Jeje, ya lo habia leido, me volvio a encantar claro, es genial!

Isa Pe dijo...

Iluso: me pones colorada ; )

Javi Brasil: ¿es el mundo totalmente simétrico? ¿nos encontraremos con nuestro opuesto alguna vez?

Nausicaa: Si te reíste de nuevo, misión cumplida.

Anónimo dijo...

¡Qué Narrativa, Primica! Ya me dirás de dónde te sacas estos escritos tan loables :)

¡Bravo!

P.D: Voy a hacerte publicidad entre mis colegas lectores ;)