Brevísima no-historia de una persona

Basado en hechos irreales


Había una vez una persona que se encontraba perdida en el huracán de una vida que le resultaba tan extraña como irreal. Aunque todos los demás le dijeran que eso era lo normal, que no era cuestión de perderse en fantasías. Trabajar, dormir, ir al dentista, comprar leche y aceitunas...Eso era, según todos los sabios teóricos, vivir.

Pero esa persona enloqueció. No fue de repente, no. De manera fortuíta, una ventana comenzó, despacito, a abrirse para ella, mostrándole mundos asombrosamente complejos, inimaginables para los demás.

Y ella miró por la ventana abierta sin atreverse a cruzarla sin más o a buscar una puerta por la que entrar a explorar toda esa maravilla.

Hasta que una mano la agarró de los cabellos y la arrastró por un diminuto agujero de la pared. Tuvo que comprimirse, hacerse pequeña y flexible, romper unos cuantos huesos para poder pasar por ese canal tan estrecho. Pero la mano no la soltaba...

No fue cosa de un breve momento, no. Llevó su tiempo y a veces creyó sentirse atorada para siempre por todo ese volumen que se veía obligada a disminuír a la fuerza.

Un día, sólo quedó ya uno de sus pies, colgando del borde interno de la realidad, agitando los dedos en el aire, en gesto de despedida. Y un poco de sangre chorreando de los bordes de ese agujero, que no habían sido pensados para ser rozados por la piel desnuda e indefensa, y eran, por lo tanto, irregulares e hirientes.

Desapareció. Nadie más supo de ella. El agujero se cerró para siempre.

Toda esa gente que trabajaba, dormía, iba al dentista y compraba leche y aceitunas, la dio por perdida, sin mucho más que un pensamiento ocasional y un pestañeo fugaz de sus dormidas inconsciencias.





10 comentarios:

el_iluso_careta dijo...

ME ENCANTÓ...UN BESO...

Anónimo dijo...

Y a mí, tiene sabores a Alicia en el País de las Maravillas, pero con ese amargor de la cruda realidad: si mañana desaparecemos, (casi) nadie nos echará de menos. Somos como conejos, pero sin relojes.

Un beso fuerte (en plan abrazo y tal), por si desaparecemos.

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho, mucho. En fin, que hoy no tengo ganas de ser original. Un abrazo gatita.

noema dijo...

Seguro que todos los perdidos de este mundo se encontraran del otro lado de la ventana. El problema puede ser que haya muchas ventanas y no se sabe a donde nos lleva cada una ni que encontraremos al otro lado hasta que no se haya atravesado, o incluso si una misma ventana pueda dar a distintos sitios dependiendo de quien la pase.

Yo por mi parte atravesaré las que encuentre y procuraré no mirar demasiado atras.

Besos

Isa Pe dijo...

Gracias, Iluso. Un beso para tí también.

David: ese "somos como conejos" me ha traído a las puntas de los dedos un chistecillo soez...pero por si desaparececemos, mejor lo obvio y te mando un beso (en plan abrazo y tal), para que sea lo que quede.

Charlie: No te hace falta estar original, con que lo seas, y lo eres, es suficente. Un abrazo para tí.

Silvia: creo que esa es la mejor opción, si no podemos acabar rompiéndonos la cabeza contra la pared, sin cruzar a ninguna parte.

Soy ficción dijo...

Ostras, yo que me dejo maravillar por esa ventana, q me siento enfermar cada vez q pasa un dia en el q no hago más q trabajar, comer, dormir y comprar pan de molde...yo... Puedo ser la siguiente q desaparezca. Echame en falta al menos tu vale?

Anónimo dijo...

Joer, ahora que lo dices, Isa... pues también, también somos como conejos en ese aspecto, jeje.

Isa Pe dijo...

Nausicaa: por supuesto que te echaría de menos...un montonazo. Yo y seguro que muchísima más gente.

David: ;)

Anónimo dijo...

Pues sólo puedo decirte que esa persona de la que hablas me ha parecido mucho más cercana de lo que puedas imaginar.
Interesante y coincidente escrito, Isabel.

Isa Pe dijo...

Y eso que ya avisaba de que la historia estaba basada en hechos irreales...pero es inútil. La realidad y la ficción tienen esa manía de mezclarse, no pueden evitarlo.

Gracias,Abel. Estás en tu casa.