En defensa de la luz
diré, que no quiso arrancar
las estrellas a las ramas
del árbol de la madrugada.
Sí, fue ella la que entró
igual que un ladrón, forzando
los ojos de tus persianas,
y allanó tu dormitorio
como un criminal, con rabia.
No la juzgues por su crimen, no:
yo hubiese querido imitarla
volar desde tu balcón,
planear sobre tu cara,
besar despacio tus ojos
y lamer tus telarañas.
*Estaré unos días fuera, aunque os dejo la publicación en automático. Perdonad si no os respondo a los comentarios.
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3 comentarios:
Genial! Este post me encanta Isa!
Un beso
HERMOSOS TEXTOS, A PESAR DEL AUTOMÁTICO...
Cesca: me alegro. El sábado te veo, toda preparada para el gran show. Petons.
Iluso: este automático es listo, ha publicado todo lo que le dejé, ha hecho todos los deberes ;)
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