En la mañana,
cucharillas con ruido de cascabeles
tintineando a mis espaldas.
Repiten los ecos del timbre de alarma
que saltó al escuchar de nuevo tu nombre
sin esperarlo.
Casual coincidencia de nombres que conviven
en universos disjuntos,
sin conexión aparente.
Tañidos de bronce en el aire crudo,
extrañado en la cadencia
que recibe de los labios.
Cristal de copas chocando, con las proas
encajadas en la nieve
que el sol no pulveriza.
Silencio, irreflexivo,
deslizado sin querer entre dos versos,
a vuelapluma, escritos sin pensarlo.
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4 comentarios:
Dos nombres tan aparentemente ajenos, y lo q despeirtan el uno en el otro.
Esas pequeñas cosas nos hacen estar más vivos, aunque a veces duela un poquito.
Las coincidencias chocan, pero no siempre en un brindis. A veces son como un accidente de tránsito.
Me ha gustado mucho.
Saludos.
De pronto me he visto tomando una cerveza, sintiendo eso que cuentas tan bonito, escuchando su nombre entre el murmullo. Buen finde, Isa.
Nausicaa: cuanto más duele, más vivos, Nausicaa. ¡Disfruta de tus pequeñas vacaciones!
Seseum: tienes razón. Explotan en el cerebro, como accidentes inevitables. Saludos.
David: ¡Buen finde! Tómate una a mi salud
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