Penélope a veces me siento
de tanto tejer poemas
y destejer sentimientos.
Desmadejándome a mi misma,
noche tras noche,
me deshilacho con cada verso.
Mis dedos lloran líneas de sangre
boradadas en rojo en el alfabeto.
Letras trenzadas a golpes,
hilos que enhebro
entre la pesadilla
y el desconcierto.
Creando tapices de sueños,
retales de ideas.
Deshaciéndolos deprisa,
para que tú no los leas.
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